Consulta Nutricional

Estas dietas pueden ofrecer beneficios en ciertos casos clínicos y bajo supervisión, pero no son adecuadas para todo el mundo. El ayuno intermitente, por ejemplo, puede ayudar a algunas personas a controlar el apetito o mejorar parámetros metabólicos, pero también puede causar ansiedad o desequilibrios si no se aplica correctamente. La clave es valorar cada caso y adaptar la estrategia a las necesidades individuales, evitando seguir tendencias sin un respaldo profesional.

Durante el embarazo, la alimentación debe ser equilibrada, rica en nutrientes esenciales como hierro, calcio, ácido fólico, y ácidos grasos omega-3. Frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, pescados seguros y alimentos ricos en hierro deben formar parte de la dieta diaria. Además, es fundamental evitar alimentos crudos, alcohol y algunos tipos de pescados por su contenido en mercurio. Una nutricionista especializada puede guiarte para cubrir tus necesidades y las del bebé sin riesgos.

El primer paso es contar con un diagnóstico adecuado. Muchas personas eliminan grupos de alimentos por intuición, lo cual puede generar deficiencias nutricionales. Una vez identificada la intolerancia, es posible adaptar la alimentación sin comprometer la variedad ni el placer de comer. Hoy existen múltiples alternativas seguras y nutritivas para personas con intolerancias como la lactosa, el gluten, la fructosa o el sorbitol. En Clínica del Carmen, evaluamos de forma integral cada caso, incluyendo pruebas y seguimiento especializado.

El desayuno puede ser clave para muchas personas, pero no es una regla universal. Lo más importante es mantener un patrón alimentario equilibrado a lo largo del día. Algunas personas se sienten mejor comiendo temprano, mientras que otras prefieren comer más tarde. Lo esencial es que las comidas cubran las necesidades nutricionales y aporten energía de manera equilibrada, sin depender de mitos o generalizaciones. Lo ideal es adaptar los horarios y comidas al estilo de vida y a los objetivos de salud de cada paciente.

Sí, especialmente el hierro. El café y el té contienen compuestos llamados taninos, que pueden reducir la absorción del hierro no hemo presente en alimentos de origen vegetal. Por eso, se recomienda separar su consumo al menos una hora después de comer, especialmente en personas con anemia o riesgo de déficit de hierro. Sin embargo, no hay que eliminarlos de la dieta si se consumen con moderación y en momentos adecuados del día.

La microbiota intestinal juega un papel fundamental en la salud digestiva, inmunológica y emocional. Para cuidarla, es recomendable consumir alimentos ricos en fibra (frutas, verduras, legumbres, cereales integrales), prebióticos (como el plátano o la cebolla) y probióticos naturales (yogur, kéfir, chucrut). También es importante evitar el exceso de ultraprocesados, azúcares y antibióticos sin control. En Clínica del Carmen evaluamos el estado de la microbiota y tratamos alteraciones como el SIBO con un abordaje especializado y basado en evidencia.

El agua es fundamental para el correcto funcionamiento del cuerpo: regula la temperatura, transporta nutrientes, elimina toxinas y favorece la digestión. La mayoría de las personas necesita entre 1,5 y 2 litros al día, aunque esto varía según la edad, el clima y la actividad física. Beber suficiente agua también ayuda a controlar el apetito y a prevenir el estreñimiento. Las infusiones o caldos también cuentan, pero los refrescos azucarados o alcohol no sustituyen una buena hidratación.

No. El pan y los carbohidratos no son el enemigo. Lo importante es elegir versiones integrales, controlar las cantidades y acompañarlos de alimentos ricos en fibra y proteína para mantener la saciedad. Eliminar totalmente los carbohidratos puede generar ansiedad, fatiga y déficit nutricional. En lugar de demonizarlos, en Clínica del Carmen enseñamos a integrarlos de forma adecuada en una alimentación saludable.

Hoy en día circula mucha desinformación sobre nutrición, especialmente en redes sociales. Es fundamental acudir a fuentes fiables como profesionales titulados, organismos de salud o centros médicos acreditados. Desconfía de las promesas de resultados rápidos o de productos sin base científica. En Clínica del Carmen, apostamos por la educación nutricional como herramienta clave para empoderar al paciente y ayudarle a tomar decisiones informadas sobre su alimentación.