El queratocono es una patología de una altísima frecuencia en Canarias. Tenemos una gran incidencia sin tener actualizado conocimiento de por qué nuestra frecuencia en queratocono es muy superior a la media nacional e incluso a la mundial.
Existe aproximadamente a nivel mundial un queratocono por cada 2000 habitantes. En los últimos estudios la organización mundial de la salud (OMS) manifestaba que Canarias tenía cifras epidémicas. Precisamente por ese motivo no es baladí, muchos cirujanos del mundo de la córnea tenemos una altísima casuística en comparación con otros cirujanos del ámbito nacional.El queratocono es una enfermedad degenerativa de la córnea que normalmente aparece durante la segunda o la tercera década. Suele ser bilateral y hay ciertas dudas actuales sobre si tiene algún componente inflamatorio o no, ya que hasta ahora pensábamos que no lo había. Los últimos estudios revelan que existe algún componente inflamatorio.
¿El queratocono es una enfermedad hereditaria?
También se ha descubierto que, afortunadamente, es menos hereditaria de lo que nosotros sospechábamos. Las últimas cifras hablan de una incidencia familiar en torno a un 20 o 25% e incluso en algunas zonas del mundo a un 30% de posibilidades hereditarias en gran medida vinculada a los frotadores oculares. Un simple frotamiento de los ojos de una persona con una susceptibilidad a padecer esta enfermedad puede modificar la curvatura de la córnea haciendo que de manera mecánica exista un trauma sobre la superficie ocular que conlleve a esta enfermedad, el queratocono, que puede llevar a la pérdida de visión.
¿Por qué es importante no frotarse los ojos?
Es muy poco probable que un queratocono evolucione muy rápidamente si no somos frotadores. Tenemos que tomar conciencia como sociedad de que no podemos frotar nuestros ojos, ya que el queratocono tiene una altísima incidencia en Canarias. En aquellas familias donde exista algún componente, algún miembro, que padezca esta enfermedad debemos vigilar a nuestros niños y nuestros jóvenes. Sobre todo porque el frotamiento en actividades habituales, como el secarse la cara de forma compulsiva toqueteando los ojos cuando salimos de la ducha, de la piscina o de la playa. También dormir inadecuadamente boca abajo, apoyando el ojo sobre la almohada hace que estemos durante 8 horas presionando la superficie ocular. Esto puede conllevar a poner en marcha una enfermedad que puede terminar siendo catastrófica, en cuanto al defecto visual que provoca y a la pérdida de visión.