El futuro ya está aquí. Actualmente hay dos sistemas básicos de ortodoncia que son la ortodoncia invisible conocida por el Invisalign además de otras casas, y la ortodoncia fija que sería la de los Brackets que puede ser en metal, en blanco, etc.
¿Cuál es el futuro de la ortodoncia invisible?
El futuro de la ortodoncia se encuentra en la forma de trabajar. En cuanto a la odontología invisible se acabaron las medidas y los pinchazos ya que ahora se hace todo a través de escáners. El procedimiento consiste en sacar un escáner del paciente que se envía directamente a fábrica por Internet y, desde fábrica lo procesan y lo devuelven. Tras ello, nosotros estudiamos el caso, se lo presentamos al paciente y si está conforme con los resultados que va a obtener al final se diseña todo el protocolo.
¿En qué consiste la ortodoncia fija?
En cuanto a la aparatología fija actualmente los Brackets son estándar, es decir, cada Bracket podemos equipararlo a una aspirina que tiene 500 mg de dosis y se coloca donde el profesional estima en el diente. Aunque depende del diseño del Bracket, la fuerza del arco y de dónde se coloca, cada diente obtiene la misma cantidad de dosis o fuerza. Por esta razón, durante todo el tratamiento es necesario ir modificando y corrigiendo la posición del Bracket para llevarlo hacia donde nosotros queremos. Sin embargo, siempre será una boca estándar adaptada a la situación de cada paciente, a sus características.
¿Cuál es el futuro de la ortodoncia fija?
El futuro de la ortodoncia en cuanto a aparatología fija significa que la vamos a personalizar, es decir, ya no va a tratarse de una ortodoncia estándar ya que cada paciente tiene una boca con sus peculiaridades. El proceso es el mismo que para la ortodoncia invisible, por tanto, se realiza un escáner de la boca del paciente, se envía a un centro de procesado junto a la imagen 3D de su cráneo y buscamos la posición ideal para ese paciente. Después, nos la devuelven y el ortodoncista marca las pautas si son correctas o no para ese tratamiento y, luego, junto al paciente se valora si esa es la boca soñada.
En esta ocasión, lo que nos van a fabricar son brackets con dosis diferentes, es decir, ya no es una aspirina de 500 mg para cada diente sino que cada diente llevará la suya propia. Así podemos ir con menos fuerza, menos daño y en un tiempo que es la mitad que en una ortodoncia convencional a la posición deseada. Esto significa la mitad de citas, menos molestias, menos fuerza y, en definitiva, un tratamiento personalizado y de excelencia.