El virus del papiloma humano es la infección que aterra a todas las pacientes que entran en la consulta de ginecología. Se trata de un tipo de virus que se relaciona con la aparición del cáncer cervical y otras patologías.
El VPH lo transmitimos los humanos de unos a otros y es responsable de muchas patologías en el organismo.
El tipo de papiloma se clasifica en tres grupos desde el punto de vista ginecológico:
Los grupos de riesgo medio y alto pueden producir un tipo de lesión muy importante que es el cáncer cervical. El 99% está relacionado con una aparición de carcinoma de cuello uterino.
No a todas las pacientes se les realiza un screening y se les identifica porque podemos tener el virus cada vez que tenemos relaciones sexuales, puesto que nos contaminamos con muchas cepas del virus del papiloma. No obstante, no todas producen carcinoma y no siempre nuestros sistema inmunológico está lo suficientemente débil para permitir que una de estas cepas que produce cáncer cervical empiece a actuar a nivel de nuestro cuello o a nivel de nuestra vagina, vulva o recto.
El virus del papiloma humano se transmite por contacto sexual exclusivamente. El preservativo disminuye la infección y el contagio pero no lo elimina al 100%. Esto se debe a que es un virus que se contagia a través del contacto de la piel.
Evidentemente el preservativo disminuye que lo tengamos porque hay parte de la piel que no va a estar expuesta pero no lo protege al 100%.
Lamentablemente no da síntomas. No obstante, podemos controlarlo y detectarlo a tiempo porque las lesiones que da son a nivel de la citología. De ahí la importancia de hacer controles citológicos periódicos para diagnosticarlo en el caso de que tengamos un virus activo que nos esté produciendo lesiones en nuestras células.
No todos los virus del papiloma producen cáncer cervical. Hay un virus específico que solo produce las llamadas verrugas genitales. Si se contagia conjuntamente el virus que produce la verruga con el virus que produce el cáncer cervical puede haber riesgo de cáncer, pero si esto no ha ocurrido y solamente tiene el contagio de la verruga este virus específico no va a producir cáncer cervical.
No existe un tratamiento porque es un virus. La forma con la que podemos ayudar a que no coja actividad el virus es primero mediante las vacunas. Se les recomienda a todas las pacientes que puedan permitírselo y no estén incorporadas en el rango de edades que cubre la seguridad social se las pongan.
Por otro lado hay que mantener una dieta saludable y tomar algún medicamento que refuerce nuestro sistema inmunitario si estamos un poco débiles. También tener una vida sexual organizada. Estas son las medidas que indicamos a nuestras pacientes para evitar contraerlo. Sin embargo, el virus debemos conocerlo, saber que existe y lo fundamental es contar con controles ginecológicos.
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