Los monitores cardíacos fetales no están aprobados por la FDA y en el hogar pueden conllevar algunos riesgos graves:
- Los pacientes no están capacitados para usar un monitor cardíaco fetal. Sin la capacitación adecuada como ecografista, puede ser difícil detectar los latidos del corazón del bebé. Cualquier sonido interno captado en un equipo no sofisticado por alguien que no esté capacitado en el dispositivo puede sonar como un latido del corazón.
- Los pacientes no saben reconocer un cambio peligroso. Nuevamente, sin la capacitación adecuada, no es un método confiable para leer los latidos del corazón de un bebé. Podría sentirse falsamente tranquilizado al encontrar el latido del corazón del bebé, cuando en realidad, es probable que no reconozca un problema incluso si se encuentra el latido del corazón.
- Retrasar el tratamiento médico. Ha habido casos en los que las madres sintieron que algo andaba mal, pero retrasaron la atención médica después de que supuestamente encontraron los latidos del corazón de su bebé en el monitor cardíaco fetal.
- Puede que no se escuche nada. Por otro lado, a veces puede ser difícil escuchar los latidos del corazón, y es demasiado fácil convencerse de que algo anda mal. Tal vez el bebé está en la posición incorrecta, aún no es lo suficientemente grande para oír, o hay alguna otra razón por la cual el monitor cardíaco fetal no detecta nada. Pero eso no significa que algo ande mal.
- Estrés. No poder escuchar al bebé por cualquier motivo puede causar mucho estrés a la madre, lo que resulta en estrés para el bebé. La avalancha de hormonas resultante provoca cambios físicos en la madre y puede tener efectos nocivos en el desarrollo del bebé.
- Ondas de ultrasonido cuestionables. Los monitores cardíacos fetales Doppler conllevan un riesgo aún mayor, ya que exponen al bebé a ondas de ultrasonido.
El Dr. Daniel García, ginecólogo y obstetra de Ginefem, nos explica en este vídeo por qué no se debe usar un doppler en casa.