El papel de las ecografías en la práctica obstétrica ha evolucionado continuamente desde su introducción hace más de 40 años.
De hecho, es difícil imaginar una práctica obstétrica moderna sin acceso a la información proporcionada por el ultrasonido en tiempo real.
Con esta técnica de diagnóstico por imágenes, los médicos pueden detectar el embarazo tan pronto como 3 semanas después de la concepción, confirmar o revisar la edad gestacional con una precisión razonable, diagnosticar la gestación múltiple al principio del embarazo, diagnosticar con seguridad la muerte fetal a cualquier edad gestacional, evaluar el bienestar fetal, evaluar el volumen del líquido amniótico y diagnosticar una amplia variedad de malformaciones fetales.
Los avances en la obtención de imágenes ecográficas en la última década se atribuyen tanto a una mejor resolución de la imagen como a una mejor interpretación clínica de los hallazgos ecográficos.
Es tranquilizador saber que en el embarazo humano no parece haber efectos biológicos adversos causados por la ecografía diagnóstica. Una ecografía básica debe contener un examen fetal, una evaluación de la biometría fetal y un examen de detección anatómica.
La encuesta incluye una confirmación del número fetal, la viabilidad, la posición, la evaluación del volumen de líquido amniótico y la ubicación de la placenta. Al evaluar la biometría fetal, se toman las medidas fetales estándar aplicables, circunferencia abdominal y longitud del fémur. La estimación del peso fetal es un parámetro clínicamente útil calculado a partir de las medidas biométricas fetales.
La ecografía selectiva es una herramienta muy útil para detectar alteraciones estructurales en el feto y poder actuar a tiempo para evitar complicaciones posteriores.
El Dr. Daniel García, ginecólogo y obstetra de Ginefem, nos explica en este vídeo cuándo y para qué se utiliza la ecografía selectiva.