Hidratarse de forma correcta es fundamental en todo momento, pero sobre todo cuando se desarrolla una actividad física, ya que la sudoración hace que el cuerpo humano pierda más agua. Es importante destacar que la deshidratación aumenta la sensación de pesadez y cansancio y dificulta la práctica deportiva.
Pero más que para mejorar el rendimiento físico, la hidratación debe tenerse en mente por cuestión de salud. Al quemar calorías, el organismo aumenta la temperatura corporal y para regularla aparece la sudoración, a través de la que se pierde no solo agua sino también minerales. Si no se reponen estos líquidos y minerales, la falta de hidratación conllevará consecuencias negativas: aumento de la frecuencia cardíaca, hipertemia, calambres, cefalea.
Nuestro cuerpo necesita mantener una temperatura estable para que todos nuestros procesos fisiológicos se desarrollen con normalidad. La realización de alguna actividad deportiva hace que nuestra temperatura corporal se eleve y nuestras glándulas sudoríparas comiencen a producir sudor para que,con su evaporación, nuestro cuerpo se refrigere y baje la temperatura corporal.
Este proceso natural nos permite equilibrar nuestra temperatura.Debemos tener en cuenta que con la transpiración perdemos sales minerales muy importantes para nuestro organismo.
La composición del sudor en condiciones normales es bastante estable aunque puede variar en función de nuestra alimentación y estado de salud. Fundamentalmente está compuesto por agua donde se hallan disueltas sales conteniendo, sodio, cloruros y pequeñas cantidades de potasio, magnesio, zinc, hierro, calcio, algunos compuestos orgánicos nitrogenados y vitaminas.
Manteniendo una alimentación equilibrada y un aporte suficiente de agua nuestro cuerpo está preparado para esta pérdida de sales.