Conforme envejecemos, se producen una serie de cambios en nuestro rostro y cuello que suceden gradualmente en la piel, grasa, músculos y huesos, lo que resulta en una apariencia más envejecida con el tiempo.
Aunque algunos experimentan estos cambios a una edad más temprana, otros pueden mantener una apariencia juvenil por más tiempo. La velocidad a la que ocurre esto depende de varios factores, como la herencia, la gravedad, las condiciones ambientales, la exposición al sol y el estrés.
Para combatir estos efectos, la cirugía es una opción para eliminar o reducir la apariencia de arrugas y flacidez facial. La cirugía facial implica reubicar la grasa y los músculos de la cara en una posición más juvenil, lo que produce un alisamiento natural de la piel. Una cirugía facial exitosa debe mejorar la apariencia del rostro, proporcionando un aspecto más joven y saludable.
¿Cómo saber si debería someterme a una cirugía estética?
Existen numerosas cirugías estéticas faciales que se pueden realizar para mejorar la apariencia de la cara, algunas de las más comunes son:
- Rinoplastia: Esta cirugía se utiliza para mejorar la forma y el tamaño de la nariz, y puede ayudar a corregir problemas como una nariz torcida, una nariz bulbosa o una giba nasal.
- Blefaroplastia: También conocida como cirugía de párpados, se utiliza para eliminar el exceso de piel y grasa de los párpados superiores e inferiores, lo que mejora la apariencia de los ojos y hace que la persona parezca más joven y descansada.
- Lifting facial: Esta cirugía implica estirar la piel y los músculos faciales para reducir la aparición de arrugas y líneas de expresión, y ayuda a restaurar un aspecto más juvenil.
- Implantes faciales: Se pueden utilizar implantes para mejorar la forma y el volumen de la mandíbula, las mejillas o el mentón.
- Liposucción facial: La liposucción facial ayuda a eliminar la grasa no deseada en áreas como el cuello, la barbilla y las mejillas, y puede mejorar la apariencia general del contorno facial.
Las cirugías estéticas mejoran la apariencia y la autoestima. Es importante que cada paciente tenga una actitud positiva y expectativas realistas al decidir proceder con un procedimiento estético. La cirugía estética es una elección personal y no debe realizarse para cumplir los deseos de alguien más o para intentar encajar en una imagen ideal.
Encontrar al cirujano adecuado
Es importante hacer una investigación exhaustiva y verificar que el cirujano esté debidamente acreditado, tenga una buena reputación, tenga instalaciones con equipos de última tecnología, proporcione referencias de pacientes anteriores y tenga experiencia en el tipo de procedimiento que deseas.
Procedimientos estéticos no quirúrgicos:
Aunque no existe una crema o un procedimiento no quirúrgico mágico que pueda hacerte lucir 10 años más joven instantáneamente, existen varios procedimientos no quirúrgicos que, en un corto período de tiempo, te harán lucir renovado, saludable y lleno de energía.
Estos procedimientos son ideales para personas que no están interesadas (o no están listas para) someterse a una cirugía, así como para pacientes que ya se han sometido a una cirugía y desean preservar y, a menudo, mejorar sus resultados. Algunas de estas opciones incluyen:
- Rellenos inyectables: que pueden añadir volumen perdido a medida que el tejido blando se ha adelgazado con el tiempo o se pueden usar para reestablecer una estructura facial más juvenil causada por los cambios de envejecimiento que ocurren en el esqueleto facial.
- Toxina botulínica: funciona al bloquear temporalmente las señales nerviosas que se envían a los músculos faciales, lo que hace que se relajen y disminuyan la aparición de las arrugas.
- Láseres: que ayudan a tensar la piel flácida y a igualar el tono de la piel (uno de los signos más identificables del envejecimiento en la mayoría de los estudios).
¿Puedo revertir el daño en mi piel?
Con la edad, la piel sufre varios cambios. La piel se vuelve más delgada, seca, pierde elasticidad, produce menos colágeno y es propensa a arrugas y flacidez. El envejecimiento de la piel, como la mayoría de los fenómenos fisiológicos, es el resultado de muchas cosas. Pero, ¿sabías que solo alrededor del 20 al 30% del proceso está determinado genéticamente? Esto significa que hay más cosas que puedes hacer para controlarlo de lo que pensabas. Hay varios tratamientos que puedes incorporar para ayudar a revertir el daño y renovar el tono, la textura y la vitalidad de tu piel, entre ellos:
- Antioxidantes: Los antioxidantes son sustancias que pueden proteger la piel de los daños causados por los radicales libres y otros factores ambientales. Las vitaminas C y E, el ácido ferúlico, el té verde y el resveratrol son algunos ejemplos de antioxidantes que se pueden encontrar en productos para el cuidado de la piel.
- Retinoides: Los retinoides son compuestos derivados de la vitamina A que pueden ayudar a reducir la apariencia de líneas finas y arrugas, así como a mejorar la textura y la tonalidad de la piel. Incluye retinol a tu rutina semanal para el cuidado de tu piel.
- AHA y BHA: Los ácidos alfa hidroxi (AHA) y beta hidroxi (BHA) son compuestos que pueden exfoliar la piel y ayudar a eliminar las células muertas de la piel, lo que mejora la textura y la luminosidad de la piel. Los AHA, como el ácido glicólico, son solubles en agua y suelen ser más adecuados para la piel seca o sensible, mientras que los BHA, como el ácido salicílico, son solubles en aceite y suelen ser más adecuados para la piel grasa o propensa al acné.
- Péptidos: Los péptidos son compuestos que ayudan a estimular la producción de colágeno y elastina en la piel, lo que mejora la firmeza y la elasticidad de la piel. Los péptidos se pueden encontrar en muchos productos para el cuidado de la piel, como cremas hidratantes y sueros.
- Protector solar: El protector solar es uno de los productos más importantes para el cuidado de la piel, ya que puede ayudar a proteger la piel de los daños causados por los rayos UV. El uso diario de un protector solar de amplio espectro con un FPS de al menos 30 ayuda a prevenir la aparición de arrugas, manchas de la edad y otros signos de envejecimiento prematuro.