En muchas ocasiones, nos vemos en una situación familiar muy común,el cuidado de una persona mayor. Desconocemos si la mejor solución es que nosotros mismos nos hagamos cargo de ellos, o mejor acudir y solicitar ayuda externa. Cuando nuestros mayores están en plenas facultades físicas y psíquicas no debemos menospreciar ninguna ayuda que quieran facilitarnos.
“Los abuelos son muy importantes en nuestras vidas, marcan nuestra infancia y la cargan de recuerdos inolvidables”.
Para nuestros mayores el que los involucremos en tareas tan cotidianas como el cuidado de nuestros hijos resultarán experiencias cargadas de emociones y de recuerdos que les llenarán de alegría y les hará sentir realmente útiles y felices.
Otro aspecto que debemos considerar y tener muy presente es una buena alimentación y una dieta equilibrada para evitar que tengan carencias vitamínicas. Si nuestros abuelos consumen algún tipo de medicación, el control de ésta será también algo muy importante. Supervisar la buena toma o dosificación siempre nos permitirá permanecer más tranquilos ya que el uso correcto de los medicamentos bajo prescripción médica repercutirá positivamente en la salud de nuestros mayores.
Tenemos que recordar, que al igual que a nosotros nos gusta gozar de intimidad a ellos también les beneficiará preservar sus hábitos y su espacio vital para conservar un estado de ánimo óptimo y comprensivo.
En muchas ocasiones, también, chocaremos en opiniones a la hora de la convivencia debido a las diferentes corrientes de pensamiento de cada una de nuestras generaciones, cultura, tradición,etc. Si esta situación observamos que pudiera provocarnos enfrentamientos diarios deberíamos evitar conversaciones que nos hagan llegar a este límite. Si se producen de manera esporádica es posible que hasta nos resulte beneficioso a todos ya que ocasionaremos inconscientemente debates familiares y podremos contrastar opiniones y poder escuchar y hacer aprender a nuestros hijos las diferentes visiones que pueden resultar de un solo tema.
Para que los nuestros puedan ejercitar la mente de forma rutinaria y no caigan en una monotonía de la vagancia mental podemos acudir a múltiples ejercicios cognitivos,juegos,lectura,pintura,….adaptando las múltiples opciones que existen para ejercitar ésta dependiendo de los gustos o preferencias de nuestros abuelos.
Casi seguro que también observamos situaciones en las que quieran ser escuchados o les apetezca hablar de recuerdos, situaciones personales,preocupaciones,…Siempre siempre deberíamos buscar situaciones que propiciamos para ello y sentarnos o ir a dar un paseo para charlar en un entorno amigable y de confianza que les haga sentir integrados totalmente en nuestra familia.
Si empezamos a detectar síntomas que no consideramos normales en actitudes, comportamientos,hábitos consideraremos la preocupación de acudir con nuestro ser querido a una valoración especializada para descartar o no que nuestro familiar pueda estar sufriendo algún síntoma inicial de Alzheimer o enfermedades mentales degenerativas. Siempre que estemos atentos podremos evitar y poner soluciones a problemas que serán más complicados de resolver una vez avanzado el diagnóstico.
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