En el caso de las mujeres, la revisión más frecuente se realiza desde muy temprana edad, y es la ginecológica. Esta revisión suele incluir:
-Análisis de sangre. Se deben revisar sobre todos las cifras de glucosa, colesterol, creatinina (para evaluar la función renal), las defensas (leucocitos o glóbulos blancos) y descartar una posible anemia (cifras de hemoglobina). A este chequeo tipo se van añadiendo pruebas o especificaciones según la edad de cada persona.
-Citología para prevenir el cáncer de cuello uterino. Es la técnica más utilizada para detectar de forma precoz el cáncer de cuello uterino y las lesiones precancerosas. Está considerada una prueba de cribado fundamental para reducir la incidencia y mortalidad de este tipo de cáncer, cuyo impacto ha disminuido enormemente desde su popularización.
-Ecografía para analizar el interior del útero y el funcionamiento del aparato reproductor.
-Mamografía. A medida que avanza la edad se recomienda comenzar con la mamografía, con el fin de diagnosticar precozmente el cáncer de mama. Se trata de la prueba más eficaz para diagnosticar precozmente el cáncer de mama, ya que es capaz de detectar las lesiones mucho tiempo antes de que puedan ser descubiertas por una misma o por el médico
-Y a partir de los 65 años, es conveniente revisar el estado de los huesos mediante una densitometría ósea, sobre todo cuando se tienen antecedentes, para prevenir y tratar la osteoporosis antes de que se produzca alguna fractura.
Además, los expertos recomiendan tener en cuenta otros chequeos o revisiones, como la de la vista y la odontológica, una vez al año.
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