Con la Navidad llegan las celebraciones donde no faltan los regalos, las preciosas decoraciones y, sobre todo, la comida en exceso. Por ello, es importante no dejar de lado cuidarse en esta época.
La comida en Navidad siempre será la gran protagonista, con permiso del decorado navideño. Y es que la ilusión por compartir estas fechas con los seres queridos es tan grande, que se ve reflejada en el nivel de comida puesta en la mesa. Sin embargo, es importante no dejar de cuidarse nunca.
En este post queremos reflejar que es posible pasar las navidades sin excesos y con un equilibrio nutricional. Todo ello dependerá de cada persona, claro. La celebración de las fiestas navideñas equivale a comer copiosamente. Cuando creemos que tenemos carta blanca para ingerir más alimentos de lo habitual, hacemos trabajar más el aparato digestivo. Esto provoca diferentes secuelas como la acidez, la pesadez, la hinchazón, las flatulencias… Además de la evidente ganancia de peso corporal. Por ello, no es de extrañar que los centros médicos lleguen a saturarse como consecuencia de una ingesta excesiva.
El decaimiento, la fatiga y el cansancio también forman parte de una excesiva ingesta de alimentos. Para evitar esta situación, es recomendable preparar el cuerpo unos días antes con alimentos digestivos y equilibrados. Ten presente: yogures bífidus, caldos, pescado al vapor, cremas de verduras, infusiones digestivas, queso fresco y pan integral.
Además de esta preparación nutricional y digestiva, ten presente también estos sencillos consejos para los días navideños:
- Haz las comidas diarias ligeras, pero nunca te las saltes. Come frutas, ensaladas o zumos para compensar excesos, pero no dejes de comer porque es un completo error. Come de cuatro a cinco comidas al día, despacio y disfrutando de la compañía.
- No dejes de comer, pero no comas por dos. Los platos deben llevar raciones equilibradas, con una base de verduras y/o ensaladas para llenar el estómago antes y evitar repetir. Además, las verduras crudas facilitan la digestión por ser ricas en enzimas.
- Agua como oxígeno. El cuerpo necesita como mínimo 2 litros de agua diariamente, sin contar las infusiones o comidas. No olvides beber agua para facilitar la digestión también.
- Olvídate de los alimentos que llevan grasas saturadas (mantequilla, embutidos, quesos grasos…). Consume únicamente alimentos con grasas insaturadas de origen vegetal (frutos secos, pescado, aceite de oliva…).
- Consume alimentos ricos en fibra. El pan integral, las verduras, las frutas o las legumbres ayudan al sistema digestivo y proporcionan una mayor sensación de saciedad.
- Si puedes, evita el consumo de alcohol. Sabemos que es una época especial y que “una vez al año no hace daño”, pero si puedes evitar su consumo mucho mejor. Y si no, bebe con mucha moderación.
- Procura no abusar de los polvorones y los turrones. Sí, algo impensable en estas fechas, pero aconsejamos consumirlos con moderación. Y si son turrones con un alto porcentaje en frutos secos, mejor.
- Sustituye el azúcar por edulcorante. Tampoco es bueno abusar de ninguno, ni en Navidad, ni en cualquier día del año.
- Un yogurt probiótico al día. De esta manera reducirás las molestias digestivas, la hinchazón y mejorarás la digestión.
- Ahora más que nunca, no dejes la actividad física de lado. Intenta sacar una hora al día para salir a caminar o realizar cualquier actividad.
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