Esto ocurre, cuando las bacterias cambian o mutan de tal manera, que reducen la eficacia de los medicamentos diseñados para curar o prevenir infecciones. De este modo, sobreviven y continúan multiplicándose, causando más daño.
La OMS explica que la aparición de resistencias es un proceso natural, pero algunas acciones humanas, como el mal uso de antibióticos, pueden agravar esta situación.
En este sentido, las infecciones bacterianas multirresistentes suponen un problema grave a nivel mundial, estando involucradas en más de 35.000 muertes al año en España, (según datos de la SEIMC, Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica). Esto supone más de 30 veces los muertos por accidente de tráfico en el mismo periodo.
Para Paloma García de Carlos, técnico del Servicio de Atención Especializada del Servicio Canario de la Salud, la solución requiere acciones que impliquen la prevención, la detección precoz, el seguimiento de brotes locales, el desarrollo de planes de formación continuada de prescriptores y de información a usuarios, junto con la elaboración de guías de tratamiento antibiótico adaptadas a la epidemiología local, que fomenten el uso prudente y real de los mismos.