Por un lado es el respiro familiar. Las horas que el usuario pasa con nosotros en AFATE, son horas que el cuidador principal puede dedicar a sí mismo. Tiempo que necesita, porque la labor del cuidador 24 horas cansa y agota, sobre todo cuando hay alteraciones del comportamiento. De esta forma, ese rato que el usuario pasa aquí, es un espacio que el cuidador tiene para sí mismo.
Otro beneficio importante es los avances que ven en su familiar con Alzheimer. Porque notan la diferencia entre el usuario que viene aquí y el que no viene. Lo notan en su comportamiento, en su carácter…
Muchos familiares nos dicen que deberíamos abrir sábados y domingo, porque los usuarios siempre quieren venir.
Luego, está el hecho de que puedan compartir y aprender de la enfermedad. Aprender a gestionar el día a día con el avance del Alzheimer.
A medida que va a avanzando, ellos están siendo preparados por nuestros profesionales para afrontar ese día a día, ese manejo de desorientación, de olvidos, de no reconocimiento de familiares, etc. Entonces el familiar se siente apoyado en la formación yapoyado emocionalmente.
Saber que pueden consultar con profesionales de AFATE, les proporciona seguridad.