En palabras del catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la ULPGC, Lluis Serra, durante su comparecencia en la Comisión Parlamentaria de Sanidad el pasado año en Canarias, con solo cambiar los hábitos alimenticios se podrían evitar anualmente 4.000 muertes por infarto, 8.500 casos de diabetes, 3.500 arteriopatías y otras 3.500 arritmias en personas mayores de 55 años; algo que ningún medicamento podría conseguir nunca.
Canarias necesita una política alimentaria firme y decidida, que impulse y coordine un conjunto de acciones desde las distintas administraciones a favor de un modelo alimentario sano, solidario, soberano y sostenible. Para ello es necesaria la actuación conjunta de poderes públicos, sociedad civil, sector privado y medios de comunicación.
Promover la dieta mediterránea y el ejercicio diario, sobre todo en niños y jóvenes es de vital importancia para que podamos preservar la salud y el futuro de las nuevas generaciones.
Además, en Canarias tenemos la suerte no solo de producir localmente todos los ingredientes de la dieta mediterránea, sino también de contar con un entorno y un clima que nos brinda la posibilidad de poder pasar más tiempo en el exterior y, por tanto, de poder hacer más ejercicio físico diario.