Las Asociaciones de celiaquía del país exigen al Gobierno que se aceleren los sistemas de diagnóstico de esta enfermedad, ya que desde 2014 han ido aumentando el número de afectados por intoxicaciones tras la ingesta de alimentos con gluten fuera de casa. El aumento de intoxicaciones por gluten fuera de casa ha aumentado más de un 60% en los últimos tiempos. Ser celíaco implica tener una intolerancia permanente al gluten del trigo, la cebada, el centeno y a la avena. Se presenta en individuos genéticamente predispuestos, y se caracteriza por una reacción inflamatoria, de base inmune, en la mucosa del intestino delgado que dificulta la absorción de macro y micronutrientes. Aunque muchas veces puede ser asintomático, los pacientes suelen sufrir pérdida de peso, pérdida de apetito, fatiga, náuseas, vómitos, irritación y malestar general.
El celíaco debe tener un dieta basada en alimentos naturales (legumbres, carnes y pescados, huevos, fruta, verduras y cereales sin gluten). Se deben evitar los alimentos envasados y procesados, ya que en estos es más difícil garantizar la ausencia de gluten. La ingesta de pequeñas cantidades de gluten, de una manera continuada, ocasiona el deterioro de las vellosidades intestinales. Como consecuencia puede producirse un defecto en la zona intestinal y, en caso de no saberlo y cambiar los hábitos alimenticios, puede derivar en una serie de riesgos graves ya que puede causar depresión, infertilidad o diabetes. Por tanto, el problema es bastante grave teniendo en cuenta que más del 80% de las personas afectadas desconocen que padecen celiaquía.
En Canarias más de 20.000 personas son celíacas. En este sentido, el Gobierno canario coordina un Protocolo de actuación para el diagnóstico precoz de la celiaquía. El protocolo contempla la asistencia a personas de cualquier edad con sospecha o riesgo de padecer la enfermedad. Se centra principalmente en la detección precoz pero también aborda cuestiones clave que afectan a la atención de las personas celiacas relacionadas con el tratamiento, el seguimiento clínico de los pacientes, la refractariedad y la malignidad. Por ejemplo, la presencia de anticuerpos circulantes específicos, cuando el paciente esté consumiendo gluten, y su desaparición tras suprimirlo de la dieta es un dato biológico que apoya el diagnóstico.
Una dieta estricta sin gluten conduce a la desaparición de los síntomas, normalización de las pruebas serológicas y resolución de las lesiones histológicas en la gran mayoría de los pacientes. Es fundamental realizar un seguimiento clínico de los pacientes, con el objetivo de vigilar y valorar la evolución de los síntomas y cumplimiento de la dieta y controlar el crecimiento en los niños.