Con el término clínico de presbicia se conoce comúnmente a la vista cansada. En la 4ª década de la vida los componentes oculares que se encargan de enfocar nuestro entorno más cercano empiezan a perder esta capacidad de forma progresiva.
Tanto es así, que, en la 5ª década, el ser humano pierde esa cualidad por completo y precisa de ayudas ópticas. Por eso este problema suele hacer que precisemos gafas a partir de los 45 años, aproximadamente.Esta pérdida de la función de enfoque la ocasiona el envejecimiento del cristalino, que pierde elasticidad. Esta capacidad genera que no pueda cambiar de forma para observar objetos cercanos. Es conveniente trasladar que la presbicia o vista cansada no es una enfermedad, sino un proceso natural del ojo. Todas las personas lo padecerán y no hay forma de prevenir su aparición. La presbicia no tiene subtipo alguno, por lo que su diagnóstico y tratamiento son sencillos.
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Pruebas para diagnosticar la presbicia
Las pruebas que se suelen requerir para diagnosticar este problema son:
• Examen de la retina: un análisis profundo de la retina permite al oftalmólogo descartar posibles anomalías en la misma y así descartar otras patologías.
• Examen de integridad muscular: permite conocer el estado de los músculos ciliares y observar la capacidad de enfoque con la que se cuenta.
• Examen de refracción: este examen aporta al especialista información sobre el estado general de los ojos y su capacidad de refracción, detectando patologías como la miopía o el astigmatismo, entre otras.
• Examen con lámpara de hendidura: permite observar con detalle párpados, córnea, conjuntiva, esclerótica e iris.
• Examen de agudeza visual: nos da información sobre la capacidad del paciente para detectar y discriminar detalles de un objeto situado a varias distancias.
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¿Cuáles son los síntomas?
Los primeros síntomas son visión borrosa a determinadas distancias, cansancio ocular, dolores de cabeza y fatiga mental. Lo correcto es que en estas edades una persona que nunca ha requerido el uso de gafas recurra al oftalmólogo para que realice un examen completo de su visión y su salud ocular. El especialista determinará su graduación y aconsejará la mejor opción según cada caso. En aquellos que nunca usaron corrección lo más frecuente es la adquisición de gafas para visión próxima. Sin embargo, para aquellos que ya contaban con gafas, lo más habitual es la elaboración de gafas con cristales bifocales o progresivos.