Los primeros datos europeos sobre la efectividad de la vacuna antigripal sacan a la luz una tasa de protección de entre un 32 y un 43% frente a la gripe A en atención primaria, y entre el 34 y el 38% en mayores hospitalizados, según el resultado de un estudio internacional en el que han participado seis países europeos, entre ellos España a través del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (Ciberesp).
Durante esta temporada ha habido en Europa un aumento predominante de gripe A, según los datos recogidos por el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC). El 99,5% de los casos en todos los estudios combinados fueron positivos para este tipo de virus, con circulación mixta de los subtipos A (H3N2) y A (H1N1) pdm09. En España estos datos son similares a la media europea. Aun así los expertos insisten en que la inmunización «sigue siendo la medida preventiva más efectiva» contra esta enfermedad.
Cada año, la vacuna de la gripe se diseña a partir de tres cepas del virus. Al administrarse la vacuna con los virus, el sistema inmunitario genera anticuerpos que protegen contra esos microorganismos incluidos en el preparado biológico. La Organización Mundial de la Salud (OMS) es la encargada de determinar, a través de una gran red mundial de laboratorios de vigilancia de la gripe, qué cepas del virus son las que más circulan y decidir con cuáles de ellas se fabricará la vacuna, que se renueva en cada temporada. Todo este proceso lleva varios meses, y la OMS es la encargada de esclarecer qué microorganismos incluirá en la inmunización según los virus que más hayan circulado la temporada anterior. Por tanto, el origen de la baja eficacia de la vacuna este año radica, según los expertos, en dos elementos: las dos cepas que más circulan responden poco o nada a la inmunización porque una de ellas ha sufrido una mutación y la otra ni está en la vacuna.
Según indican desde Centro Nacional de Epidemiología y Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III, los datos obtenidos revelan que la vacunación sigue siendo la medida preventiva más efectiva contra la gripe, a la vez que apoya la necesidad de intervenciones más efectivas frente al subtipo A(H3N2) en todos los grupos de edad. «Estos resultados, por lo tanto, refuerzan las recomendaciones nacionales e internacionales de vacunación antigripal, especialmente en grupos de alto riesgo de complicaciones por gripe, como son los mayores de 64 años», añaden.